EL COLEGIO DE MÉXICO EN SUS 70 AÑOS: 1940-2010
por
Clara E. Lida
Centro de Estudios Históricos

El Colegio de México, se fundó el 16 de octubre de 1940, cuando su antecesora La Casa de España, creada en 1938 por iniciativa del Presidente Lázaro Cárdenas para acoger temporalmente a destacados científicos, académicos y artistas amenazados por la Guerra Civil y luego por el franquismo, se transformó en una institución de altos estudios. Desde entonces, durante siete decenios, con el apoyo presupuestario del Estado y proyectos con fundaciones mexicanas e internacionales, el Colegio ha mantenido ininterrumpidamente sus labores, convirtiéndose en uno de los centros de investigación y docencia más destacadas en el mundo hispánico, por lo cual ha recibido numerosos reconocimientos. En 2001, el Colegio fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales, por la excelencia y prestigio adquiridos a lo largo de los años.
Si la figura de Lázaro Cárdenas dominó los orígenes, la gestión del proyecto cultural se debió a dos grandes hombres de letras mexicanos, que lo presidieron de manera sucesiva: Alfonso Reyes y Daniel Cosío Villegas. Ellos dirigieron La Casa y pusieron los cimientos del Colegio que hoy conocemos. El primer paso en esta dirección fue la fundación del Centro de Estudios Históricos (CEH), el 14 de abril de 1941, bajo la dirección del mexicano Silvio Zavala (Premio Príncipe de Asturias, 1993); diez años más tarde se creó la revista Historia Mexicana. A instancias de Reyes, presidente hasta 1959, el filólogo argentino Raimundo Lida fundó en 1947 la Nueva Revista de Filología Hispánica y al año siguiente el Centro que después se llamaría de Estudios Lingüísticos y Literarios (CELL). En los años siguientes El Colegio delineó su orientación futura: la investigación y la docencia en las humanidades y las ciencias sociales. Al iniciar la década de 1960, Cosío, como Presidente (1959-1962), fundó la revista Foro Internacional (1960), antecedente del que un año después sería el Centro de Estudios Internacionales (CEI), el único que imparte títulos de licenciatura. El Colegio se fue expandiendo hacia nuevas áreas de conocimiento y docencia en posgrado (maestrías y doctorados), pues en noviembre de 1962 se firmó el decreto presidencial que confería al Colegio el derecho de otorgar y expedir sus propios grados y títulos académicos.
En adelante, dos presidentes sentaron las bases de un mayor desarrollo: el historiador Silvio Zavala, (1963-1966) y el economista Víctor Urquidi (1966-1985).  Bajo el impulso del primero se creó el actual Centro de Estudios de Asia y África (CEAA), y con el apoyo de Víctor Urquidi se sentaron las bases para establecer los centros de Estudios Económicos (CEE) y el de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales (CEDUA). Urquidi sería nombrado presidente entre 1966 y 1985, y en su presidencia se consolidaron los proyectos anteriores y se creó el Centro de Estudios Sociológicos. En todos los casos, cada Centro tiene una publicación periódica especializada. También entonces se crearon algunos programas y proyectos específicos integrados hoy a los diversos centros; de estos ofrecen títulos de maestría el de Formación de Traductores y el Interdisciplinario de Estudios de la Mujer. Desde sus orígenes el Colegio se preocupó por tener una Biblioteca especializada en las áreas de docencia e investigación; también se crearon una Dirección de Publicaciones y una Unidad de Cómputo. En las últimas dos décadas otros presidentes continuaron la labor de excelencia institucional: Mario Ojeda (1985-1995), Andrés Lira (1995-2005) y Javier Garciadiego (2005 al presente).
En la actualidad el Colegio cuenta con tres centenares de alumnos de tiempo completo, la mayoría becarios en posgrados de excelencia, y otros tantos profesores-investigadores e investigadores de proyecto, todos sujetos a rigurosos mecanismos de evaluación académica. La proporción de estudiantes y profesores permite una relación estrecha entre ambos, conducente a la sólida formación de jóvenes investigadores. Además, existe un cuerpo administrativo de apoyo las labores cotidianas de la institución. 
En conclusión, desde sus orígenes en 1940 hasta ahora, esta pequeña institución especializada en ciertas áreas del conocimiento humanístico y de las ciencias sociales, es un ejemplo vivo de compromiso intelectual y académico con la creación y trasmisión de conocimientos en las diversas áreas de docencia e investigación que desarrolla. El prestigio ganado es un homenaje a las mujeres y hombres que desde los primeros pasos de La Casa de España hasta la actualidad han pasado por sus aulas enseñando y aprendiendo, y forjando como investigadores un importante corpus científico de primera importancia, testimonio de su compromiso y quehacer cotidianos.

 

 

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